Marzo 2015 Jerry González & Miguel Blanco “A Tribute to the Fort Apache Band”

Jerry González, leyenda viva, pieza imprescindible en la creación y el desarrollo del concepto “Latin Jazz” desde Nueva York y compañero de escenarios (y aventuras) de una abrumadora e interminable lista de nombres míticos de la mejor música popular de todos los tiempos, que incluye, por citar solo a unos pocos, a Jaco Pastorius, Eddie Palmieri, Tito Puente, McCoy Tyner, Chet Baker, Israel López “Cachao”, Dizzy Gillespie, The Beach Boys, Freddie Hubbard, Archie Shepp, Paco de Lucía, George Benson, Ray Barretto, Chico O’Farrill, Alfredo “Chocolate” Armenteros, Paquito D’Rivera, Diego “El Cigala”, Andrés Calamaro o Enrique Morente, una vez más junto al barcelonés Miguel Blanco, figura clave en la evolución del Jazz Latino en nuestro país y músico exquisito de altura universal, vuelven a unir sus talentos en su espléndida segunda obra discográfica para Big Band. Esta vez, con un especialísimo repertorio dedicado a rendir tributo a una de las bandas más arriesgadas, innovadoras y fundamentales en la historia del Jazz Latino: THE FORT APACHE BAND, mítica agrupación formada en NY por el propio Jerry y su hermano Andy a finales de la década de los 70.

Son muchos los elementos que hacen de “A Tribute To The Fort Apache Band” algo excepcional: Un Jerry González en un desbordante momento artístico y creativo, que se recrea en los grandes amores de su vida musical, entre Nueva York y Cuba, entre España y Puerto Rico, entre lo clásico y lo nuevo… Y un Miguel Blanco en estado de gracia, derrochando su devoto conocimiento y dominio del Jazz Latino en unos deslumbrantes arreglos, que captan al vuelo la pura esencia y la sabrosura de aquel gozoso espíritu… Con ellos, una banda de ensueño, que reúne varias generaciones de los mejores músicos cubanos afincados en España (el genial pianista Javier Massó “Caramelo”, el joven e innovador saxofonista Ariel Brínguez, o el rumbero de Matanzas Daniel Aldama…) junto a lo más granado del Jazz Español (el contrabajista Javier Colina, el batería Marc Miralta…).

Y, como no podía ser de otra manera, la química resultante de estos elementos es, sencillamente única. Explosiva. Genial. Un disco para la Historia.

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